Una de borrachos
Caminaban tres hombres, de edad más que madura, en una tarde casi lluviosa del mes de febrero del año 2000 (extraña tarde por cierto); entonces uno de ellos, con profunda convicción en su voz pasada a vino y en un inusual monólogo, se dirigió a sus casi ebrios colegas:
- Agradezcan, huevones, de verdad, agradezcan que todavía no encuentro a la mujer de mi vida, si no las huevas que me andaría cagando de frío con ustedes; estaría en mi casita, acostadito con pierna suave al lado. Agradezcan huevones.
(yo pensé: que bien, la esperanza es lo último que se pierde. Luego esbocé una sonrisa y apuré el paso).
[1] Del proyecto “Paisajes”, que pretende recoger instantáneas de la vida urbana.
Etiquetas: PAISAJES
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