sábado, febrero 11, 2006

Resumen de este tiempo


a juanita droguett

No se crea que la vida estaba dando vueltas por ahí, sin siquiera imaginar lo que sucedería un día que supuestamente no estaba escrito; no es cierto que del cruce de dos vidas resulten todos los proyectos imaginables; es falso que dios no tomaba vacaciones; nunca es tarde para empezar a descubrir lo que no se conoce, ya sea por desconocimiento o por temor…

sí, es verdad que un día que no pensamos cruzamos hacia la vereda de enfrente y nos encontramos en el medio del camino, cada uno con un pasado y un presente tan inciertos como el futuro que no éramos capaces de vislumbrar desde el recodo de la vida en que nos conocimos; es verdad que había un trozo de cielo al alcance de la mano y que una noche las estrellas caerían a pedazos sobre nuestras sombras, como lluvia de golosinas, alcanzando también a nuestros pequeños seres más queridos; es cierto que los verbos de nuestros cuerpos se conjugarían de nuevas formas, para dar paso a una nueva etimología…

cuando las sombras
dejaron de perseguir
inciertos,
las nubes se disiparon
y las carreras infantiles
encontraron
un nuevo espacio
donde dar rienda suelta a las
fantasías…

para cuando se hable
del choque de dos
constelaciones,
el futuro será
la praxis de las
alegrías
por sobre
el pesado asfalto del
llanto
que alguna vez
fue el pan nuestro de
cada día…

todavía tengo sueños que esperan, en las compuertas del ser y estar de cada amanecer, la clave que les enseñe a caminar y volar por sobre todos los otros sueños que vagan en medio del trabajoso caminar de estas pragmáticas ciudades que se encuentran de este lado del mundo, en estos tiempos en que soñar todavía cuesta demasiado caro como para poder concretizar la utopía que constantemente nos ha sido negada (en estas negaciones están presentes también las que corren por cuenta de las palabras dichas al pasar); pero a quién le importarán los sueños ajenos si nos han enseñado a que sólo los nuestros son válidos…

por suerte aún nos queda la esperanza, inculcada a golpes de razón y realidad, para poder darnos la fuerza necesaria para seguir creyendo que algún día caminaremos al encuentro de la esquiva felicidad; por mientras llega ese momento elevo mis palabras contaminadas de anhelos al altar donde está incrustada la imagen que algún día, ebrio de deseos y naufrago de soledades, me formé como única tabla de salvación (la que como todas las cosas de la vida, a veces me arrastró hacia los parajes deseados y otras me aleja de la costa de los sueños); mal que mal sigo siendo un errante ser en las cuestas del vivir. Entonces…

desafío al destino cada despertar
y me condeno a morder el polvo,
para siempre,
del estar despierto en lugares
que nunca imaginé

te sentencio a encontrarme
en cada espacio que pasó a ser
eterno
desde el momento en que allí
estuvimos

me condeno a buscar el polen
de la flor de tu cuerpo
en el tuyo,
como quien busca la olla de oro
al final del arco iris

te sentencio a llamar por mi nombre
a tu almohada
y a recorrer cada pulgada de mi cuerpo
con la ansiedad de una naufraga
que desesperada lucha por su vida

me condeno a beber del vino de esta historia
mientras la modernidad carcome
nuestros huesos
y tu buzón sigue lleno de mensajes de texto
en espera de ser leídos

te sentencio y me condeno
a ser uno solo,
para que en el futuro
los arqueólogos se confundan
con nuestros ires y venires

te condeno y te sentencio
a revivir cada minuto
de este año nunca antes escrito,
para que nos demos cuenta
de lo que podemos lograr…

mientras continúa esta historia sólo puedo decir que tengo sueños nómades que luchan por lograr el sedentarismo que pensé conquistaría con tu llegada; para mientras tanto sigo esperando en el dintel de mi puerta el arribo de tu sombra, golpeada por el sol del amanecer y las mañanas; entonces quedan a la deriva el barco de papel y el avión de plasticina en los que te llevaría a surcar los nuevos mundos que esperaban nuestro arribo…

qué increíble lo que puede hacer el ser más agrio, el personaje desaliñado que nunca estará en las portadas de los diarios, el poeta en ciernes que permanentemente soy; qué increíble lo que puede llegar a lograr la princesa de cabellos de fuego, que escapó del cuento mal escrito en el cual fue una protagonista que marchaba al compás de la música que nunca fue de su agrado, la que no era otra que la misma que aprende día a día a ser la que siempre quiso…

para cuando estas letras bailen frente a tus ojos, ojitos de pena,
junto a las que aún no has leído, vida,
habrá un nuevo espacio, pequeña muchacha roja,
y un nuevo tiempo de vivir de verdad, novia eterna,
donde los sueños sí serán el logro de vivir, princesita,
y no querrás volver la vista atrás, perrita,

quizá entonces sí logres el coraje necesario, chanchita,
para alcanzar las estrellas con tus manos, m’hijita linda,
y así bordar los jardines que alguna vez soñaste, amor,
con los colores exactos para cada ojo de aguja, frágil y hermosa mujer,
con las puntadas precisas para formar las figuras, chinita,
que adornarán este nuevo edén de nunca acabar, chiquitita,

por mientras debes saber que la vida espera, amorcita,
tus pasos de bailarina risueña y soñadora, vidita linda,
forjadora de promesas inconclusas, mujer,
volcán por descubrirte en ti misma, niña,
fémina de constantes vaivenes, bebé,
canción de amaneceres y despedidas, mamita linda,

y aquí estamos esperando que te decidas, cabecita de fósforo,
a ocupar tu lugar ya merecido y construido, damajuana

dado todo lo anterior sólo resta confirmarte que sigues siendo sueño y esperanza, que dentro de todo lo que es la vida estás ocupando ese lugar que siempre quisiste tener y que no había tenido su hora (pero que llegó para que te decidieras a caminar, aunque los pasos prometidos no lleguen a concretarse)…

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