sábado, enero 06, 2007

VUELVO DE MI EXILIO...

Ocupar el término exilio quiere decir pérdida, quiere decir extrañar, necesidad de rescatar el constructo identitario (ya sea personal o colectivo). Volver del exilio quiere decir rescatar raices, volver a ser, reencontrarse con uno mismo, retomar lo dejado, tener el coraje de decir basta y comenzar de nuevo a andar, con la experiencia que da el camino ya andado una y mil veces.
El trabajo que está a continuación, bien podría ser tomado como una declaracion de principios, como un borrón y cuenta nueva, como un empezar y volver a empezar constantemente en la rueda de la vida (y quizá un nuevo año sea la ocasión propicia para prometerse a uno mismo mil y una cosas que ya han sido dicha antes, pero que siempre quedan pendientes).

El tema que acompaña estas letras se llama "Mara" y está interpretado por el Maestro Sabina junto a al gran Víctor Heredia,



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vuelvo de mi exilio,
20 años más viejo o
20 horas más joven o
20 minutos más niño o
20 segundos más experto
en cuestiones de la vida,
no lo sé, pero en fin, vuelvo,
vuelvo a hacerme carne
en la huella de tus pasos,
vuelvo a confundirme con mis ganas
de absorber el polen de tus flores...

vuelvo de mi exilio voluntario,
estúpido,
sin sentido,
sin razón,
exilio de putas oscuras
y golondrinas, zorzales,
chincoles, gorriones
y toda la fauna plumífera
exterminada en las angostas calles
por las que nunca correrá
el néctar lácteo de tus pechos...

vuelvo,
mas nunca me fui,
regreso a la capital de tu sexo,
desamarro los caballos desbocados
de mis ires y venires,
juego con que te conozco
y la intencionalidad de mis letras
se entiende mejor
si las susurro en tus oídos,
mientras el té se puede seguir enfriando
por los siglos de los siglos...

cabrón exilio,
llovido, llorado,
bebido
y lleno de añoranzas como un tango,
te digo adiós y resaludo los recuerdos
que nunca fueron cercenados,
porque a pesar del paso del tiempo
estaban presentes,
demasiado presentes,
en la huella del andar cotidiano de los poetas
y obreros constructores del verdadero ser...

vuelvo, revuelvo,
escribo, reescribo,
sueño, resueño,
toco, retoco,
descubro que al interior del hombre que soy
siguen presentes
las marcas de los condenados
a muerte,
redescubro que tu tiempo
tampoco ha transcurrido
ni tus pasos se han alejado de tu sombra...

vuelvo con la promesa de que a mis
sesenta y tantos
reiniciaré la vida que debí haber iniciado a los
treintitantos,
vuelvo lleno de esperanzas, sueños y deseos,
definitivamente vuelvo
(aunque ya dije que nunca me fui)
y, aunque suene como un
exceso de retórica,
vuelvo para quedarme anclado al mar de las sombras
y buscar, por fin, la luz...

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