lunes, agosto 27, 2007

(TRECE)

Quién sabe qué día del año es este, pero el que sea es sólo el reflejo de todos los días que ya han pasado (de este año y de todos los otros) y de los que vendrán; quién sabe si habrá algo nuevo bajo el sol que se esconde cuando menos lo pensamos…

Por eso en esta entrega va este trabajo, escrito ya no sé cuándo, pero qué le vamos a hacer… es lo que hay…

El tema es de Memphis La Blusera y la fotografía corresponde al interior de un microbús de la línea J – 05 (está emparentada con la entrega del día 05 de julio de 2007 en el
fotolog)


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(trece)

es el sexto día de este nuevo año,
se supone que hoy eran el frío y las nubes
los que dominarían,
pero hace un calor de los mil demonios (anunciaron 32º)

qué se puede hacer
si ya nacimos acá
y queremos escapar del calor
como subterfugio de la vida


hoy, cuando abrimos los ojos en la mañana,
se supone que no estaríamos
o sólo habría una pareja
en el mundo
(pero despertamos y estaba el mundo
tal y cual como lo dejamos ayer);
no fue de nuevo la creación
y dios mañana no irá a descansar,
porque estará ocupadísimo
contestando el teléfono

entonces soñaré
que mañana publicaré un libro

(insisto: el mañana es sólo una metáfora
inventada por algún ocioso del futuro;
pero que buena metáfora es)

sábado, agosto 11, 2007

(CATORCE)

En esta entrega nuevamente recurriremos al proyecto “CUADERNO VERDE”, y lo haremos con el trabajo titulado (catorce).

En él se muestra un periodo algo crítico, cuando llevaba el pelo rapado, como una muestra del querer alejarme del mundo…

El tema es “Manifiesto”, del gran
Víctor Jara y la fotografía corresponde al proyecto del Hospital de Ochagavía (colaboración de Juanita Droguett). Fotografías de este proyecto fueron publicada en IMÁGENES DE CIUDAD(ES) con fechas 20 de julio de 2007 y 24 de julio de 2007.


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(catorce)

me siento frente a las hojas en blanco
y apoyo mis codos
en la espera del manantial de palabras
que castigarán las líneas
hasta entonces muertas;
extraño mi pelo largo
y, sin dios ni ley,
me abandono a la vida
en la espera del nuevo día
esplendoroso,
ese día que no figura
en las escrituras
porque es el mío

perdí el pasaje a la eternidad
enseñándole a mi hija a
escribir sus primeras palabras,
además de andar persiguiendo
fantasmas de carne y hueso

poseo cuatro o cinco ofertas
de trabajo, todas ellas promisorias,
pero ninguna concreta:
lo más probable es que viaje
a la cresta de mis borracheras,
como parte del prolongado plan
de turismo aventura
que abandoné hace ya algún tiempo

el día que se avecina
estará plagado de buenas vibraciones,
treparé hasta lo más alto de la ciudad
y desde allí me lanzaré en
vuelo rasante
sobre casas y edificios
(para que parezca una película
silbaré una añeja canción)

esta noche buscaré en mi archivo personal
un recuerdo para masturbarme
y de esta manera re-soñar
con tu cuerpo caliente a mi lado
y no sentir envidia
de la pareja octogenaria
que ayer, mirándome a los ojos,
almorzaba en un lugar
que estoy cierto existe

las oscuras aguas del río mapocho
no tienen nada que envidiarle
a mis pensamientos de cuando joven
(cuando recién soñaba con el hombre nuevo
y apenas despertaba con energías
para empezar el nuevo día)

miércoles, agosto 01, 2007

LECTURAS DE ALGUNOS DÍAS

Después de algún tiempo vuelvo a las andadas, con un artículo que debí haber publicado algún tiempo atrás, pero que a pesar de todo está acá (revisitado por cierto).

La fotografía corresponde a la pared de la ex Viña Concha y Toro, ubicada en la Gran Avenida, sector El Llano, comuna de San Miguel, tan descascarada como la cotidiana vida actual…

El tema es de Mauricio Redolés: Química...


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Si tomamos en cuenta que entre el vendaval de noticias se encuentran mayoritariamente las de farándula, está claro entonces que las que de verdad son noticias constituyen una suave brisa en medio de este invierno que ya comienza a ser demasiado frío para ser de este hemisferio…

Así las cosas es lógico entonces que lo que dijo el padre del joven Jorge Lizama pase, como decimos vulgarmente, por el aro; este muchacho, encontrado culpable de haber atacado a una jueza durante las manifestaciones ocurridas el Día del Joven Combatiente, recuperó la libertad y Lizama padre, sin justificar lo que hizo su hijo, declaró “prefiero que mi hijo tire piedras a que sea un reguetonero sin norte” (1). En estas palabras se refleja algo más que una simple declaración de un padre, puesto que ellas implican una concepción de vida y un alerta social que ya muchos han olvidado, porque pertenezco a aquella generación donde el compromiso y la entrega no nos eran ajenos y eso hoy muchos no lo recuerdan. En aquellos tiempos la distancia entre el próximo y el prójimo era casi nula (poéticamente hablando era sólo una letra).

Otro tema que se escabulló entre las líneas de los diarios es el que atañe a nuestro afamado y querido PIPEÑO (2). Se olvidan pues muchos de los que hoy incentivan la plantación de pinos y eucaliptos o la crianza de ganado, en los terrenos donde están las viñas que nos brindan tan generoso brebaje, que el pipeño ha sido el alma de la fiesta en muchas oportunidades, que nos ha permitido soltarnos y contar historias que ni al psicólogo le comentaríamos: se olvidan que cuando han querido hacer campaña no le hacen asco a una cañita con tal de parecer que están cerca de la gente (en otros tiempos es vez de este vocablo se usaba el de pueblo), se olvidan de las penas que han quedado en el olvido gracias a un vasito, no recuerdan los amigos recuperados y perdidos por medio de “el último vaso y nos vamos compadre”, en fin, del pipeño podríamos hablar tantas cosas que nos faltaría espacio y tiempo, además de resecársenos los labios (lo que nos llevaría al inicio, al emborrachamiento primigenio).

Así las cosas, al pelado Acosta se le notó mucho la falta de Zamorano, porque no tuvo quién le armara el equipo en la Copa América (donde muchos quisieron ver las protestas contra el gobierno de Chávez, llegando a escuchar en medio de sus fantasías el “y va a caer… y va a caer” que se hiciera famoso acá en Chile durante los años ochenta); tampoco estuvo el rostro del Transantiago para ordenar la chacra de los agrandados cuando empataron con Mexico y se las dieron de “lindos” con el personal del hotel en que se alojaban (son muy PICANTES los %&%$&), de los jóvenes sólo me resta decir que después del espectáculo que dieron en la cancha, relacionado con las pataletas que mostró la televisión, hay que recordarles que el árbitro (nos guste o no) es el que pone los límites en la cancha, ellos sólo deben jugar.

Una de estas noches vi en la televisión un bodrio de programa (3) donde lo único que rescaté fue el ver a un hombre que trabajaba de payaso y que, para desempeñar mejor su trabajo, recitaba poemas de Benedetti a los niños (lógico que lo despidieron, porque la dueña de la fiesta no apetecía)… pero esto no es una lectura, aunque sí me parece bien para terminar esta entrega (lo del baile del koala en el congreso mejor no mencionarlo, porque mi voto seguirá siendo nulo)…

Notas:

(1) Lizama, padre del joven combatiente, Natalia Salvatierra, The Clinic N° 203, pps. 7 a la 9, Santiago de Chile.

(2) Alerta por amenaza al vino pipeño, Mario Álvarez, Las Últimas Noticias, viernes 20 de abril de 2007.

(3) Caso Cerrado, Red Televisión.

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